El cultivo del kaki: el clima templado y los suelos arcillosos de Huelva son ideales para su crecimiento óptimo
Son árboles de hoja caduca que soportan bien las inclemencias del tiempo y que maduran sus frutos una vez han pasado los meses más fríos
Las propiedades beneficiosas y nutritivas del kaki así como su versatilidad en la cocina son de sobra conocidas y en Inter Terra, productores de kakis sharoni y persimon, no nos cansamos de contarlas en nuestro blog y redes sociales. Pero para poder conseguir frutas de calidad como las que exportamos al resto del mundo desde nuestras tierras en Huelva, hace falta conocer con detalle y de forma pormenorizada todas las fases del cultivo del kaki como árbol y todas sus características.
En primer lugar hay que resaltar que nos encontramos ante un árbol importado de Asia, por eso su adaptación al clima y el terreno de nuestra zona es más favorable cuando se dan condiciones climáticas y geográficas más parecidas a la de la zona de cultivo original. Es por ello que las tierras arcillosas y un clima templado, con pocas heladas, hacen de las tierras de Huelva, donde Inter Terra cultiva hace más de 60 años su frutas, un lugar ideal para el cultivo del kaki y su mayo rendimiento.
El nacimiento de un nuevo kaki suele ocurrir en semilleros. En esos recipientes donde germinan las semillas suelen alcanzar una altura de 10 a 15 centímetros, y con ese tamaño ya pueden ser trasladados a recipientes mayores o a las tierras de cultivo. Los árboles de kaki se deben sembrar de norte a sur y necesitan una separación entre ellos de entre 5 y 7 metros.
El cultivo del kaki necesita agua y abono, pero no en grandes cantidades
El kaki necesita bastante riego en sus primeros años de vida y a lo largo de su crecimiento el agua debe estar presente cada dos o tres días sobre todo en épocas de más calor. Eso sí tampoco es necesario encharcar el suelo y sí lo será que haya sol para su correcto crecimiento y el suelo tenga un ph neutro o ácido para un mejor desarrollo de la planta.
Otros aspectos que los profesionales de Inter Terra controlan en nuestras plantaciones de kakis son la poda, el abonado y las posibles plagas o enfermedades. Con respecto a estas últimas, todos los árboles frutales suelen recibir la visita a lo largo de su vida de insectos y parásitos como caparreta, cotonet o polillas, que intentan aprovecharse de los nutrientes, la sombra y la altura de los kakis para desarrollarse. Con un buen plan de cuidados estas plagas se pueden llegar a controlar.
En lo referente al abonado, nitrógeno, potasio y fósforo son esenciales en un el desarrollo del árbol del kaki. Un aporte extra de estos elementos sobre todo en épocas de frío, aumentarán las defensas y el vigor del árbol.
Por último y con respecto a la poda nuestros profesionales realizan este procedimiento de forma que contribuya a una mayor y óptima producción de frutos. En los meses de primavera la poda persigue aclarar los frutos pequeños para permitir el crecimiento del resto, eliminar ramas o brotes no productivos o despuntar ciertas ramas.
Cualquier época del año es buena para sembrar kakis, sin embargo habrá que esperar a que los momentos más fríos de invierno vayan de paso para comenzar a recolectar sus frutas. Los frutos del kaki deben alcanzar una madurez considerable para poder ser consumidos, aunque no necesariamente debe ocurrir en el árbol.